Con esto quiero expresar que en una Escuela a la Manera Clásica, dentro de los límites que la prudencia nacida de nuestra propia debilidad circunstancial aconsejen, la disciplina militar no está reñida con la investigación científica, ni los conciertos de piano con las técnicas de combate individual y colectivo. El verdadero Filósofo debe tratar de ser bueno en todo, aunque sea mejor en alguna cosa determinada, marcada por su propia especialización personal. Una Dama, concertista de arpa, no tiene porqué ignorar primeros auxilios o el uso de extintores; y un Caballero, médico o abogado, no es forzosamente un nulo en defensa personal, conducción de automóviles en alto riesgo, paracaidismo o en manejo de un arma. Toda especialización exagerada nos limita y nos empobrece, debilitándonos.
Mando nº 60 - Debemos tener bien claro qué es la OINA. (Jorge Ángel Livraga)
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